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domingo, 21 de junio de 2020

EL ÚLTIMO FADO

Autora

Concepción Valverde es natural de Granada y reside en Madrid, donde imparte clases de Literatura en un Instituto de Enseñanza Secundaria. Licenciada en Filología Hispánica por la Universidad Autónoma de Madrid y en Arte Dramático por la Real Escuela Superior de Arte Dramático y Danza en Madrid, ha trabajado como guionista de ficción en Televisión Española. Su obra contiene una rica y novedosa visión del Siglo de Oro español y de la colonización del Nuevo Mundo, que rehúye la manida tendencia que hace de la picaresca el eje de aquella época, "siempre envuelta en trapacerías, hurtos y engaños, e ineludiblemente acompañada de un sonar de hambrientas tripas". Con La Biblioteca Fajardo ganó el Primer Premio de Novela Albert Jovell, a la que sigue ahora, en una línea bien distinta, la apasionante trama de El último fado.

Sinopsis

Desde niña, Amalia vive obsesionada por la muerte de su tía, a la que no llegó a conocer pero de la que lleva su nombre. El entorno en el que vive se presta a la especulación, ya que sus tres tías acostumbran a convertir la realidad en algo confuso y plagado de contradicciones. En una elegante casa de familia bien venida a menos, todo es controlado con mano férrea por la tía Celia, que esconde un secreto que la protagonista descubrirá, y que no durará en relacionar con esa misteriosa y no aclarada muerte.

Aunque lo que más angustia a la joven es no saber apenas nada de sus padres, a los que perdió a los pocos meses de nacer. Desde entonces, la tía Celia ha urdido una sucesión de falsedades en torno a su origen que han hecho que Amalia se vea obligada a buscar la verdad por sí misma. Cuando con dieciséis años creía haber superado sus antiguos temores, la protagonista encontrará un diario que la hará regresar a ese mórbido universo familiar, en el que cada nuevo dato está a su vez envuelto en el misterio. Las diversas incógnitas se irán despejando paulatinamente hasta llegar al último recodo de esta novela, en el que una revelación inesperada imprimirá un definitivo giro al relato.

El último fado mantiene en vilo al lector a lo largo de sus páginas, sin darle tregua para recuperarse. En esta asombrosa obra conviven rasgos del género policíaco con los de la narrativa psicológica, en una hábil mezcolanza que provoca el aplauso a su conclusión.
Comencé a leer El último fadola segunda publicación de Concepción Valverde, pisando tierra portuguesa, un país rico en matices, en sabores, en aromas y en paisajes que suenan dulces y melodiosos tras el silabeo de su lengua. Fue abrir las páginas de esa novela y encontrarme de bruces con una lusitana de pro, con Amalia Rodrigues, la fadista que ha encumbrado la saudade portuguesa. Y como si de un homenaje se tratara, Amalia será un nombre común entre estas páginas.

El último fado cuenta la vida de los Salvatierra, un linaje del que conoceremos parte de sus orígenes, con la mención a los abuelos Antonio y Amalia, perpetuados en sus cinco hijos de los que, en el presente de la novela, solo viven tres: Beatriz, Hortensia y Celia. En polvo se convirtieron Antonio tras un accidente de aviación y la tía Amalia, fallecida tras un desolador infortunio, dejando atrás a Eduardo, su viudo, un doctor francés que queda al amparo de los Salvatierra tras la muerte de su esposa. 

Otra Amalia más, la más principal por ser la narradora, formará parte de este entramado. Hija de Antonio, la joven se sentirá siempre muy atraída por la muerte de sus padres y por la de su tía Amalia. Ya, desde un principio, intuiremos junto a ella que los sucesos que conforman la versión oficial distan mucho de la realidad. Así pues, movidos por la misma curiosidad que la incita, nos adentraremos en una investigación familiar que sacará a la luz ese oscuro secreto 'duro y seco que dominaba a todos los habitantes de la casa'.

Página tras página, y desgranando los mimbres del árbol genealógico, conoceremos cómo son las relaciones entre los Salvatierra, qué clase de unión tenía la joven Amalia con su abuelo, una simple figura en la que no cabía ni una sola muestra de cariño y ternura para con la niña, o cómo se relaciona nuestra narradora con sus tías, con la estricta Celia, que esconde su verdadero carácter, con la maltratada Beatriz, o con la casi ausente Hortensia. El tío Eduardo será para la joven, lo más parecido a un padre.

Desde primer momento Amalia siente que las piezas no encajan. Los cuentos que satisfacían su curiosidad siendo niña presentan demasiadas lagunas a su edad adolescente y así, ávida por descubrir el misterio que cree silenciado por sus tías, se lanza a descubrir la verdad. La casa familiar cuenta con mil recovecos donde hurgar y pronto descubrirá una fotografía, la evidencia de un amor oculto, unas cartas, un diario y unas antiguas novelitas. Hará acto de presencia otro personaje más, un juez que pondrá la nota más macabra a la historia. Todo ello generará un sinfín de preguntas, dudas que Amalia formulará a sus tías en distintos momentos y a lo largo de los años, con el único fin de descubrir la verdad de los Salvatierra. 

En El último fado hay muerte, natural, fortuita o criminal -eso estará por ver-  pero no estamos ante una novela de género noirLa última publicación de Concepción Valverde encaja en esas historias de grandes familias que intentan mantener las apariencias y ocultar las deshonras. De ahí que, sobre las desdichas familiares se haya intentando echar tierra por encima, un manto que ahora la joven Amalia pretende despejar y con cada paletada el suspense y la intriga irá en aumento. ¿Cómo murió realmente Antonio? ¿Es verdad que Amalia se ahogó accidentalmente en el río? Serán las cuestiones principales que la joven narradora tendrá que averiguar mientras que el lector se encamina a un desenlace en el que le espera, en la segunda parte del libro, un bomba de nitroglicerina. El argumento gira y se transforma en una historia que nos dejará atónitos.

Cuenta la novela con dos partes denominadas el Cuaderno Azul y el Cuaderno Rojo, una estructura que permite ese giro del que os hablaba en el párrafo anterior y del que no quiero desvelar nada. Solo os diré que ese segundo bloque supone un plus adicional a esas novelas sobre sagas familiares con sus secretos y misteriosEl último fado va mucho más allá, con un argumento sustentado en capítulos cortos, escritos en primera persona, una voz narradora encargada de poner en pie toda una urdimbre llena de mentiras, caminos erróneos, hipótesis y conjeturas. Valverde tiene a bien hacer un certero resumen a mitad de la obra para esclarecer los puntos más oscuros de la historia, un recurso que el lector agradece pues, entre unos personajes y otros, llegará a dudar hasta de sí mismo. Pero aún le espera la sorpresa de la segunda parte.

Con una prosa fresca, una narración cadenciosa y una historia llena de vericuetos, he disfrutado mucho de la lectura de esta novela. Me ha gustado el elenco de personajes, tan dispares y llenos de dobleces, las intrahistorias que se ocultan entre los pliegues del argumento principal, el giro brutal de la última parte que no resta solidez a la historia pues,  a pesar de las distintas variantes que se plantean, no queda ningún fleco suelto y el juego que se nos plantea pues, al margen de la investigación de Amalia, el lector tratará de hacer sus propias apuestas, para volver a deshacerlas posteriormente y formularlas de nuevo a medida que vayamos avanzando en la lectura.

Así pues, estés por tierras portuguesas o no, El último fado es una lectura más que recomendable. 

Fuente :Lecturápolis. 

1 comentario:

Unknown dijo...

Gracias por la información.